“La mentira, contar cosas bellas y falsas es el objetivo propio del arte”
Es decir sin mentira no hay arte
“La Decadencia de la Mentira”
Oscar Wilde
Los artistas crean mundos autónomos que existen solo en el campo del arte, simulacros, que se convalidan en esa relación casi ontológica entre el artista y el espectador. A veces se podría relacionar con la ficción aunque tiene sus propios marcos normativos; se dice muchas veces que la realidad supera a la ficción, en los atentados del 11 S, la realidad superó ampliamente la ficción, y la conmoción generada llevó por un momento a pensar que se estaba ante un simulacro, ante una puesta en escena, como la que puede hacer un artista.
“Un resbalón no es caída" es una puesta en escena, un simulacro donde la escultura, la instalación, la acción y la sorpresa generan diferentes capas que actúan en diferentes niveles de interpretación; una desterritorialización de lenguajes. Federico Arnaud, un artista con la capacidad de abordar diversos soportes generando nuevas formas discursivas a la hora de crear y donde en cada obra, mas allá de tener una identidad definida, se reinventa así mismo, y reinventa también la mirada del espectador frente a su obra. La obra, aparte de tener un fuerte anclaje en la fecha del 11 de setiembre y los hechos suscitados en el 2001 en Estados Unidos, tiene además para el artista una connotación mucho más importante y personal ya que el 11 de setiembre es la fecha de su nacimiento. Lo que para el resto del mundo significa recordar la muerte, la destrucción y el fin de muchas cosas, para el artista significa, el nacer, la posibilidad de la vida y de volverse un ser creativo.
Muy inteligentemente Federico Arnaud evidencia esas dos interpretaciones de la “realidad”, a través del simulacro genera esa frontera imperceptible entre lo real y lo irreal, entre la verdad y la mentira.
“Un resbalón no es caída" es una puesta en escena, un simulacro donde la escultura, la instalación, la acción y la sorpresa generan diferentes capas que actúan en diferentes niveles de interpretación; una desterritorialización de lenguajes. Federico Arnaud, un artista con la capacidad de abordar diversos soportes generando nuevas formas discursivas a la hora de crear y donde en cada obra, mas allá de tener una identidad definida, se reinventa así mismo, y reinventa también la mirada del espectador frente a su obra. La obra, aparte de tener un fuerte anclaje en la fecha del 11 de setiembre y los hechos suscitados en el 2001 en Estados Unidos, tiene además para el artista una connotación mucho más importante y personal ya que el 11 de setiembre es la fecha de su nacimiento. Lo que para el resto del mundo significa recordar la muerte, la destrucción y el fin de muchas cosas, para el artista significa, el nacer, la posibilidad de la vida y de volverse un ser creativo.
Muy inteligentemente Federico Arnaud evidencia esas dos interpretaciones de la “realidad”, a través del simulacro genera esa frontera imperceptible entre lo real y lo irreal, entre la verdad y la mentira.
Alejandro Cruz
Curador
artista: Federico Arnaud + curador: Alejandro Cruz
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