Vladimir Muhvich en Toll MVD

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VLADIMIR MUHVICH

Curaduría: Clio Bugel

Toll es una galería cuyas salas de exposición son dos maceteros, lo que me parece curioso, gracioso y también un poco fastidioso, ya que ni “gracia”, ni curiosidad son condiciones necesarias –y menos aún, suficientes- para que algo sea una galería. Eso me pasa cuando pienso en Toll. Pero las veces que pasé por ahí y desde que nos pusimos de acuerdo con Vladimir Muhvich – a quién invité a pensar en una obra para los maceteros- en su proyecto para “las dos salitas blancas”, el fastidio cedió y en su lugar comenzó el juego de hacer-de-cuenta-que-no-nos-damos-cuenta del absurdo.

A Vladimir le gustó jugar: él sigue hablando muy sonriente de salitas blancas y yo insisto en hablar crudamente de macetas. Así llegamos a la obra, desde dos perspectivas diferentes. Por un lado, la obra responde a las investigaciones y obsesiones de larga data del artista; por otro, atiende a mi necesidad de seguir viendo un objeto anodino - un macetero de hormigón-, pero investido de interés creativo.

La obra trata de lo que se esconde bajo la superficie, del peligro que siempre acecha desde lo invisible, de los horrores que se ocultan dentro, debajo, o detrás de los objetos y los lugares aparentemente inocuos. “Riiing” cumple la fantasía de quienes, paranoicos/as más o menos controlados, tantas veces nos dedicamos a radiografiar a las personas y las cosas para saber cuál es la verdadera intención que se oculta detrás de sus acciones, gestos y discursos; o qué amenaza se oculta en el corazón de la existencia de los objetos inanimados. Y cuanto más inocentes parezcan, como un par de maceteros, peor.

Clio Bugel